A cada residente se le proporciona la atención psicológica, sanitaria y social óptima para su desarrollo, siguiendo un plan individualizado para dar respuesta a sus necesidades.
Desde el 2012 el Centro cuenta con una sala de estimulación multisensorial o Snoezelen, que combina elementos visuales, auditivos, táctiles, olfativos y sonoros, que se utilizan como una vía o canal para establecer relaciones con el entorno.
Aun así, la estimulación basal y multisensorial no sólo tiene lugar en la sala Snoezelen, sino que se entiende como intervención globalizada en todas las actividades que el usuario realiza durante todo el día.
Concretamente, las actividades dirigidas tienen el objetivo de potenciar la motricidad y movilidad del usuario, así como su socialización a través del ejercicio físico.
Dado que algunos residentes se encuentran en proceso de envejecimiento, se prioriza el trabajo de habilidades físicas para mantener capacidades y prevenir su pérdida.
Desde el Centro se promociona la inclusión social a través del uso de recursos comunitarios y de la participación en ambientes normalizados e integrados (ej.: ir a la biblioteca, comprar, participar en espectáculos).
Estas acciones favorecen el desarrollo de la relación del usuario con la comunidad y su entorno social.
Estas actividades de ocio constituyen un apoyo para el desarrollo e integración del usuario.
Esta intervención terapéutica implica la asunción de responsabilidades del usuario y, a la vez, se potencia el aspecto afectivo y relacional.
El objetivo principal es potenciar habilidades motrices, emocionales, relacionales y cognitivas mediante el contacto y ejercicio que la persona puede hacer con el caballo. La actividad se realiza en un centro externo y en grupos reducidos.
En el Centro se llevan a cabo diferentes acciones de estimulación cognitiva, como cuidar el huerto, ir a la biblioteca y talleres de cocina, manualidades, relajación y música, entre otras actividades.